Presentado el 29 de mayo en Palencia, el cuaderno de Jesús Aparicio contiene poemas como los que siguen:
Ilustración de María Sánchez |
LOS COMPAÑEROS DE ULISES
Qué fue de los amigos
que la vida sentó a nuestro lado
el día en que partimos
hacia una costa espléndida.
Viajeros en mitad de la tormenta,
mercaderes de paso.
Furioso el mar aullaba
como un animal poseso,
hogueras en la noche
ahuyentaban la muerte.
A través de otros dioses
nuevos templos hallamos,
cuerpos desconocidos
donde acariciar la felicidad
de los días que pasan y se quedan.
Correo de ida y vuelta, deuda inútil:
La vida diseñó encrucijadas
que no supimos ver,
diccionarios extraños,
ciencias incomprensibles.
Como buques perdidos en la niebla
hacia un destino incierto,
así fuimos.
La soledad que en sueños olvidamos
nos la devolvió el tiempo
con intereses.
TESEO EN EL CORTE INGLÉS
Buscando la salida al laberinto
se ha extraviado.
Por vez primera siente
el golpe de lo insólito,
la confusión y el vértigo.
Quizá se juzgara mejor dotado
o amado con más celo por los dioses
para vencer innúmeros peligros.
O antes de salir de casa olvidó
recoger junto a sus armas el hilo
donde apoyar la vida.
Ahora vaga sin rumbo por túneles
fluorescentes, errante entre señales
que no entiende y gentes de extrañas lenguas.
Hay quien le ha visto por los yermos sótanos,
otros afirman que en la planta joven
o, evanescente, por los ascensores.
Todas las puertas guardan un misterio,
todas las escaleras conducen al mismo lugar.
Si acaso da con alguna ventana,
observa la ciudad:
Las avenidas, las encrucijadas,
los parques y arboledas.
Todo emboca al centro del laberinto,
al lugar donde se alza el edificio
que le ha hecho prisionero.